Diumenge 28 de durant l'any - 9 d'octubre

Mateo 22.1-14

Esta parábola representa lo que Dios ha provisto mediante el Evangelio para nuestra salvación y lo hace mediante una fiesta real hecha por un rey, por causa del matrimonio de su hijo. Nuestro Dios misericordioso no sólo ha provisto el alimento, sino un festejo real para las almas que perecen. En la salvación de su Hijo Jesucristo hay de sobra para nuestro consuelo presente y futuro.


Los primeros invitados fueron los judíos. A pesar de que los profetas del Antiguo Testamento no fueron atendidos, ni Juan el Bautista, ni el mismo Cristo, que les dijo que el reino de Dios estaba cerca, fueron enviados los apóstoles y ministros del evangelio, después de la resurrección de Cristo, a decirles que iba a venir y persuadirlos para que aceptaran el regalo del Evangelio , ahora también se nos ha invitado a nosotros , por lo tanto, la razón del por qué los pecadores no van a Cristo y a la salvación provista por Él no es que no puedan, sino que no quieren.


Esto podemos verlo también en la actualidad ya que nunca en la historia ha habido tanta facilidad para acercarse a Dios y a su Palabra y por desgracia muchos se excusan para no atender a la verdad Divina.
Tomarse a la ligera a Cristo y su oferta de salvación, es el pecado que condena al mundo. Ellos fueron indiferentes. Las multitudes perecen para siempre por su indiferencia. Además, las actividades y las ocupaciones mundanas estorban a muchos para tener un trato con el Salvador. Todos debemos aprender que nuestros corazones no tienen que poner en primer lugar las cosas de este mundo, es decir, el sitio que solo corresponde a Dios, no sea que se interpongan entre nosotros y Cristo.

El propósito del evangelio es recoger almas para Cristo; a todos los hijos de Dios esparcidos por todos lados.


Otra cuestión importante es la ropa para ir a las bodas,
Nadie la tiene por naturaleza ni puede hacerse el traje por sí mismo, solamente mediante la fe en el Salvador y la obra del Espíritu Santo en ti son capaces de confeccionar tu traje, único e intransferible exclusivamente tuyo , ¡Cuídalo!, ¡Cuidémoslo!, examinémonos si estamos en la fe y procuremos ser aprobados por el Rey.




Pastor Rafael Díez
Iglesia Evangélica

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