Diumenge segon després de Nadal - 4 de gener de 2015
JUAN
1: 1-18
El
evangelio de Juan fue escrito sobre el año 90 de nuestra era. Los otros
evangelios (los llamados Sinópticos) ya estaban escritos; Mateo lo había hecho
para los judíos, Marcos para el orbe griego, y Lucas para el mundo romano. Pero…
había nacido un nuevo “grupo”… los Cristianos, la Iglesia! … y Juan se había
dado cuenta: “Voy a contárselo también a ellos.”
El
aspecto Trinitario de Dios siempre ha sido complejo para el hombre. Pero así ha
querido Él revelarse. En Isaías 6:8 tenemos una de aquellas conversaciones de
la Trinidad: “¿Quién irá por nosotros?”, y la respuesta del Cristo de Dios: “Heme
aquí, envíame a mí.”
Juan
recoge todo aquello, y tras presentar al precursor del Mesías: Juan, el
Bautista (vers. 6-7-8 y 15); nos indica de la importancia y la eternidad del
Verbo (acción) Divino. Y en tan pocos versículos (dieciocho) le llega a
presentar como el Verbo (1) (al costado, y también siendo Dios); Jesucristo
(17) y el Unigénito Hijo (18)… Casi nada!
Cristo
fue el Creador (2 y 3), la vida en Sí mismo (4), la única Luz válida (4), y el
dador de la Gracia y la Verdad (16 y 17)…y digamos un segundo…Casi nada!
Es
el único Dios Engendrado…eso es lo que nos dice la frase “unigénito Hijo” (18).
Y…al ser “Dios mismo” nos da a conocer lo que Él desea que sepamos acerca de su
Persona.
“Aquel
Verbo fue transformado en carne, y habitó (textualmente: puso su tabernáculo)
entre nosotros… (14).
¿Y
para qué quiso hacer todo eso? Los “suyos” no le recibieron!...su “antiguo
pueblo” le despreció (10-11 y 15). ¿Por qué siendo Dios se despojó de sí mismo,
tomando forma de siervo, rebajándose a la semejanza humana, y estando en esa
condición, se humilló de tal manera obedeciendo la voluntad divina hasta llegar
a una muerte de cruz? (Filipenses 2:5 a 8).
Pues…el
texto nos dice claramente que…para que tengamos el privilegio del poder ser
hechos “HIJOS DE DIOS”. Lo que podemos llegar a ser! (12)
¿Y
cómo se consigue esto?...qué versículo más grande…simplemente…CREYENDO… “creyendo
en su Nombre” (12).
“a
todos los que le reciben, a los que creen en su nombre, les da la potestad de
ser hechos hijos de Dios” (12)
Entonces…
¿no todos son (somos) hijos?...pues volvamos a leerlo…el texto no lo dice así…
Quizás
sería bueno el que separáramos lo que quiere decir ser “criatura” (creación) de
Dios; del ser “hijos de Dios”. Pero, ante lo dicho…pensemos en esta importante
pregunta: ¿Tú qué quieres ser…creación o hijo?...Porque, desde luego, hay
diferencia…
HIJO!!...¿hijo?...pues
piensa, analiza, y…cree en Él.
Dios
te bendiga.
Luis
Brull
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