Diumenge 8 de durant l'any - 3 de març de 2019
“¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga
en el tuyo?”
Recordemos que el pasado domingo se nos exhortaba al amor al los
enemigos, a los que pecan contra nosotros o contra otros.
Pues bien, si amamos a nuestros enemigos tendremos una actitud
correcta, buena con los pecadores que nos rodean. Recordando también que
nosotros hemos sido, o somos, pecadores
y que quisiéramos que los demás se apiadaran de nuestra alma.
Nos inclinamos a compadecernos de los pobres y de los enfermos.
Pues bien, ¿quién más pobre – pobreza espiritual – que el pecador? Y
¿quién más enfermo que el herido en su alma, cuya enfermedad le puede causar si
no se arrepiente la muerte eterna?
Así no heriremos al pecador humillándole haciéndole notar sus pajas,
sino que oraremos por él, aunque nos haya hecho mal, recordando que quizá por
la oración de un desconocido salimos nosotros mismos de nuestros pecados.
Así, con humildad y caridad podremos quitar la paja del ojo del
hermano y si amamos incluso a nuestros enemigos ya no se formarán o se
disolverán en nuestra propia visión espiritual las vigas del orgullo y de la
falta de amor.
Javier Garralda Alonso
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