Diumenge 5 de Quaresma - 21 de març de 2021

PACTO INVALIDADO

(Jeremías 31:31 a 34)

El Señor con su Primer Pueblo hizo un Primer Pacto, y en él les comentó que les bendeciría si siempre le amaban.

Aquel Primer Pueblo funcionó (digamos) a base de “altibajos”. A veces creían en ÉL, y le respetaban y seguían sus Mandatos. Pero, muy a menudo le obviaban y hasta le despreciaban. Así fue, hasta que Dios actuó sobre ellos en el momento en que Su Paciencia se hartó de tanta infidelidad.

Llegaron las Derrotas y Deportaciones. El Reino del Norte (Diez tribus), el que fue llamado Israel propiamente dicho, fue deportado a Asiria en el año 721 aC; el reino del Sur, el llamado Judá (dos tribus), fue llevado después cautivo a Babilonia en el año 586 aC; 135 años mas tarde.

A menudo se nos dice que allí, expatriados y con aquéllos aconteceres, el reino del Norte perdió su identidad. Pero eso no es del todo cierto; ahí tenemos el texto de hoy que nos “habla” detallando los dos Reinos: “nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” (versículo 31). También, ya en el Nuevo Testamento, se nos mencionan personas que sabían muy bien acerca de la tribu que procedían:

-Ana, la profetisa que bendijo a Jesús en el Templo, era de la tribu de Aser. (Lucas 2:36).

-Zacarías, el padre de Juan el Bautista, era de la tribu de Leví. (Lucas 1:5).

-Pablo, el apóstol, era de la tribu de Benjamín. (Hechos 13:21).

El amor que el Señor derramó sobre aquél Primer Pueblo, no fue correspondido. Y, de hecho, ya sabéis que la mayoría de los judíos, aún están esperando que llegue el Mesías. Para ellos, pasados dos mil años, Jesucristo solamente ha sido un personaje histórico (versículo 32). Aquél Primer Pacto fue INVALIDADO por el mismísimo Dios.

Entonces es cuando el Altísimo “abre” un Nuevo Pacto (Nuevo Testamento), pacto en el que su “Nuevo Israel” (un Segundo Pueblo), va a ser ahora Su Pueblo, y ÉL será su Dios (versículo 33). Ése “Nuevo Israel” fue “inaugurado” por el apóstol Pedro en sus primeros mensajes:

-El primero, a los propios judíos en el día de Pentecostés (Hechos 2), y....

-Mas tarde, a los gentiles, a nosotros, al hacerlo también Pedro en la casa del centurión Cornelio (Hechos 10).

Dios hablaba de esta manera, es decir, por medio de Pedro, a todos los seres humanos, entre los cuales también nos hallamos nosotros... judíos y no judíos.

Nosotros (la Iglesia) como Segundo Pueblo suyo, “empezamos” allí. Y hoy, como ya nos profetizaba el texto propuesto (versículo 34) podemos (si queremos) CONOCER al Señor. Es el único modo que pueda ser perdonada nuestra maldad y que ÉL no se acuerde mas de nuestro pecado.

¿Querrás tu?

Luis Brull

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