Diumenge de Pasqua - 12 d'abril - Evangeli

(Comentari bíblic interconfessional publicat en el Butlletí d'informació parroquial "Diàleg" del temps litúrgic de Pasqua de la parròquia de Sant Pere de Gavà)


Jn 20, 1-9


Juan concentra en el capítulo 20 el relato de la resurrección de Jesús en cuatro escenas fundamentales. La perícopa introductoria (20:1-10) está dividida en tres escenas:
20:1-2 María Magdalena va al sepulcro y luego se dirige a comunicar la noticia a Pedro y Juan.
20:3-8 Los discípulos llegan al sepulcro.
20:9-10 Los discípulos regresan a casa.

En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía forma alguna; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad y el espíritu de Dios se movía sobre el agua. Así empieza Génesis (1:1-2).Era el punto inicial de la Creación.

El primer día de la semana por la mañana temprano, todavía en tinieblas, María Magdalena va al sepulcro y ve la losa del sepulcro quitada. La losa quitada es la puerta de entrada a un nuevo comienzo, la Nueva Creación, la definitiva. Esto es lo que María Magdalena no capta en aquel momento cuando la desesperación sólo le permite ver que el cuerpo del Señor ha desaparecido. Como a la novia del Cantar (Cnt 3:1), María busca en la cama, en la oscura noche, el amor de su alma y no lo encuentra. ¡Se han llevado al Señor! exclama angustiada. Pedro y Juan, los dos juntos, a toda prisa van a comprobar la desalentadora noticia que la Magdalena les ha comunicado. Se percatan de la ausencia del cuerpo de Jesús y regresan a casa sin hacer, ni antes ni después de la experiencia, ningún comentario. Tal es la conmoción recibida. Están todavía bajo el impacto de la muerte de su maestro.

María Magdalena encontrará después el amor de su vida, el Amor de la Vida. La muerte de Jesús es el triunfo definitivo del Amor, de la Vida. Los discípulos entenderán también cuando Cristo se les presente que dentro del sepulcro se movía, como en la Primera Creación, el espíritu de Dios. Dios, en el comienzo de todo, creó de la nada todo el universo; ahora de la muerte crea la vida en plenitud, para que nosotros después de la muerte gocemos en su presencia de la plenitud de vida. En la inefable experiencia de la resurrección de Jesús se apoya nuestra fe.¡Qué gozosa maravilla!



Dr. Rodrigo Segarra

Església Evangèlica

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