Diumenge 9 de durant l'any - Santíssima Trinitat - 30 de maig

Nuestro Guía, El Espíritu Santo
Juan 16:12.15

El Señor Jesucristo es poderoso para Salvar al pecador (no importa quien sea); El Espíritu Santo es poderoso para guiarnos a toda verdad, es nuestro ayudador, es nuestro consolador, nuestro abogado.
El Espíritu Santo hace morada en mí, hace de su morada en todas aquellas personas que han aceptado a Jesús como su Salvador y hacen su voluntad. El Espíritu Santo es la promesa de nuestro Señor Jesucristo de no dejarnos huérfanos a su partida, El dijo:
“Si no me fuere, el consolador no vendría a vosotros; mas si me voy os lo enviare”
y esto con el propósito de que el Espíritu guié a la humanidad a la gran verdad, que es Cristo.
En el vv. 12 Jesús nos enseña que sus discípulos aun tenían muchas cosas que aprender. El no lo había dicho todo, no era el momento, porque no las asimilarían, debían aun tener un progreso espiritual que lo adquirirían poco a poco según su interés y devoción (entrega a Cristo).
La obra que Jesús empezó en ellos debía ser continuada, en aquel momento, por el Espíritu de Verdad (Espíritu Santo) hoy es lo mismo contigo, tu quieres crecer espiritualmente, déjate guiar por el Espíritu de Verdad. (Vv.13)

El Espíritu Santo guió a los discípulos a toda verdad, ellos a su vez la registraron escribiéndola, lo que hoy es nuestro Nuevo Testamento, este añadido al Antiguo Testamento conforma la revelación escrita de Dios.
Naturalmente es cierto que el Espíritu de Dios guía a los hombres en todos los tiempos a la verdad. ¿No es así en tu vida? Pídele y depende de El para hacerlo, esta santa unción te enseña todas la cosas y es la verdad, en Jeremías 33:3 podemos leer “Clama a Mi y yo te responderé cosas grandes y ocultas que tu no conoces”

En el vv. 14 nos enseña que su obra mayor será la de glorificar a nuestro Señor Jesucristo.
El nos ayuda con todo Su poder (El Espíritu Santo), tomando las cosas de Cristo, por derecho de Sus padecimiento y muerte, cosas compradas para Su pueblo (los creyentes) mediante Su propia sangre; y declarándola, o dándonosla a conocer, para glorificar al Hijo o sea a Jesucristo nuestro Señor y Salvador, es el Espíritu quien nos da a conocer todos estas verdades.

Su ministerio era y es de total abnegación. Así como Cristo busco, despojándose a Si mismo, glorificar al padre, así el mismo Espíritu Santo busca glorificar al Hijo. También nosotros debemos negarnos a sí mismos para honrar al Espíritu Santo.

Si queremos honrar al E. S. en nuestro diario caminar, si queremos tener su ayuda, no hablaremos por nuestra propia autoridad sino todas aquellas que oigamos de El.

Dios te bendiga

Amen



Arturo Barisich
Iglesia Evangélica

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