Diumenge 28 de durant l'any - 14 d'octubre

No basta con sentirse bien ni siquiera hacer el bien


Salmo 7: 7-11; Hebr. 4.12-13; Mar. 10: 17-30


Marcos 10: 17 “Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le pregunto: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

En este pasaje de Marcos, Jesús deja una advertencia y a la vez una puerta abierta para todo ser humano sin ninguna excepción, ¿por que? Porque a los ojos de Dios todos somos iguales. Como podemos leer en este capitulo de las escrituras un joven se acerca a Jesús, un joven que había oído hablar de EL una persona que tenia una inquietud y había oído hablar de que Jesús tenia la respuesta a ello, pero oír hablar de alguien no es suficiente, ni es conocerle, conocemos a una persona cuando hemos tratado con ella, cuando hemos convivido juntos, si puedo confiar. Si realmente el joven le conocía habría sabido lo que debía hacer (vv. Mr.10:20-21) Este era una persona a los ojos de los hombres bueno, como muchos conocidos nuestros ( O nosotros mismos), muchas veces oímos expresiones como estas, que bueno es este chico..., ¿Porque nos consideremos o nos llamen buenos, nos da paz interior o seguridad de la vida eterna? Según la palabra de Dios no. Este era un joven que deja entrever una insatisfacción, tenia una inquietud, era un joven rico humanamente, con toda seguridad, a momentos era feliz, por supuesto con la felicidad que da el dinero pero este no le daba la seguridad de una vida eterna, así como no se la da a el, pues no se la da a ninguna persona que realmente no haya conocido a Jesús.

Lo que el necesitaba, lo que el buscaba, la que era su inquietud (Pregunta: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?) era tener una satisfacción y seguridad interior, la seguridad de su salvación, la seguridad de la vida eterna y esta pasaba por ser bueno pero a semejanza del único bueno, Jesús, precisaba dar un único paso, el que Dios fuera su única riqueza. Pero su corazón estaba en sus bienes y en ellos confiaba.

¿Podría el ser salvo por toda la eternidad confiando en sus riquezas? no, ¿Entonces quién puede salvarse? “quien es bueno a semejanza de Jesús. Ese paso que falta dar es un imposible para el hombre, el hombre ama su riqueza es autosuficiente y necesita realmente tener un encuentro con Jesús, El Salvador. No solo conocerle de oídas. Dice el Salmo 7:9ª “Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón”.

De lo que el no se había dado cuenta era que no puede saltar hasta Dios. Pero Él lo puede todo. No podemos subir hasta el cielo, pero el Hijo del hombre sí puede ayudarnos, si nos dejamos ayudar. El joven no es capaz de dar su dinero a los pobres porque Dios no es su única riqueza (Mr. 10: 21,22,23). Si de verdad Él es nuestro tesoro, nuestro corazón estará allí donde esté Él. Entonces en la necesidad de los otros veremos que está nuestra riqueza, la única que de verdad lo es. Dios te bendiga y te ayude a ver que la necesidad de los otros también es la tuya (Mr. 10:27).


Pastor Arturo Barisich

Comentaris