Diumenge 4 de Quaresma - 30 de març
Efesios 5, 8-14
Formas
de existir que se contraponen no sólo por el cómo sino por el qué (erais
tinieblas y sois luz). Esta concepción
dentro de contextos iguales, tiene paralelos en el N.T, sobre todo en el
evangelio de Juan y quizás, han ejercido una influencia importante los escritos
de Qumram.
Luz
y tinieblas se conciben aquí como dos esferas de poder en las cuales existimos:
nosotros mismos somos luz, o somos tiniebla. No somos objetos sin vida ya que
cumplimos en nuestro propio caminar lo que somos.
Como
“hijos de luz” se nos insta a separarnos de la contra-esfera (tiniebla). Eso no
quiere decir tener un cuidado escrupuloso por nosotros mismos, una preocupación
negativa de mantenernos intactos respecto al “mundo”, y que sea preferible no
hacer nada a arriesgar algo.
Nada
de mantenerse fuera de, sino descubrir, “sacar a la luz” mantenerse firme en
esa esfera de luz que destruye el poder de la esfera de la tiniebla.
Iluminar
no es sólo irradiar, es transformar.
Pastor
Juan Medrano
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