Diumenge 4 de Quaresma - 26 de març del 2017

           

PLAN DE DIOS PARA UN HOMBRE CIEGO      (JUAN  9 : 1 a 41)

I)  Su Condición : “ Ciego de nacimiento” (v.1)

     No sabía de colores,de medidas; sólo una vida de oscuridad y dependencia.

.    Compasión y miseria.

      Los discípulos incluso atribuyeron aquel mal a algún pecado cometido por el ciego o 

      sus padres (v.2y3). Interpretaron su desgracia al estilo de los “amigos” de Job, en el

      Antiguo Testamento.

II)  Su Humillación: “ El Señor escupió en tierra,hizo lodo y lo puso en sus ojos” (v.6).

    Es curioso, pero Cristo varió muchas veces su forma de sanar. A veces usó saliva

     a veces tocaba;en otras introducía los dedos, y en ocasiones sólo pronunciaba

     palabras.

     Sus maneras fueron extrañas;diferentes pero muy efectivas.

III)Su prueba: “ Ve a lavarte en el estanque de Siloé” (v.7).

     No era cuestión de que le trajeran agua, ni de ir a la fuente mas próxima.

     El Señor le daba la única oportunidad, era la única manera : el estanque de Siloé.

     El estanque...¡no era mágico¡ ; la obediencia a Jesucristo....¡ SÍ ¡ .

IV)Su Obediencia : “Fué entonces y se lavó” (v.7).

     Fué...e hizo lo que le dijo el Señor. Los beneficios divinos sólo son logrados por

     medio de la obediencia. Muchos años antes lo había experimentado el leproso

     general sirio Naamán ( 2º Reyes 5 : 14)..

V) Su Confesión : “Yo soy el que mendigaba “ (v.9).

     ¿Cómo iba a “disimular” la realidad?. ¡Soy yo¡...Yo....fuí sanado. Yo..recibí la vista

     (v.11).Yo..había sido ciego,pero ahora veo (v.25),a mi...me abrió los ojos¡(v.30).          

VI)Su Salvación : (v.35 a 38).

      Tanto les molestó a los fariseos que...hasta lo expulsaron de la Sinagoga...¿y qué?.    

      Jesús salió a su Encuentro. Y...ahora...le VIÓ.                                                             

      Le había sanado de la vista pero le faltaba la sanidad del alma. Sanidad.,Perdón,       

      Reconciliación,Salvación¡¡¡¡¡.

  -)  El relato se cierra con una hermosa conclusión : Aceptó a Cristo como Señor y le     

      adoró (v,38).

      Y, si yo recibo también sus favores, ¿cómo no le voy a adorar?.                                              

       Un abrazo.

                                                           Luis Brull