Diumenge 7 de durant l'any - 24 de febrer de 2018
LA
REGLA DE ORO
Amad a vuestros enemigos.
Haced bien a los que no os aguantan.
Bendecid a los que dicen mal de vosotros.
Interceded por los que os calumnian.
Si te dan una bofetada, acepta una segunda.
Da a todos los que te pidan.
Si alguno te quita algo, regálaselo.
Obrad misericordia.
No juzguéis y no condenéis.
Perdonad todo lo que os hagan.
Bufff...¡menudas dificultades! Desde luego que
la “vara” de medir del Señor...no se parece en nada a la nuestra.
Si es difícil cumplir con el mayor
Mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”... Éste segundo (llamado la
“Regla de Oro”), presenta parecidas dificultades:
“Y
como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con
ellos” (vers. 31). Es el conocido: “Amarás a los demás COMO A TÍ MISMO”; ésa es
la medida.
“Como a ti mismo”, ni más ni menos.
Dios nos conoce; por eso nos condena el
hábito de “juzgar”; es algo que está muy relacionado con la crítica y la
murmuración. Él sí conoce nuestros “móviles” sólo Él tiene los baremos para
conocer las cosas en su auténtica dimensión. Nosotros, con facilidad podemos
dejarnos llevar por la cómica figura de “la paja y la viga”. Es una hipérbole,
pero una gran verdad en nuestra existencia.
El llegar a Dios no es el camino ancho y fácil
por el que transitan la gran mayoría. Para encontrar a Dios y Su Reino debemos
entrar por la “puerta estrecha”, es la senda de la autodisciplina que exige
sumisión a Su Voluntad y el Servir a Otros.
Y aun andando por ése camino debemos hacerlo
en vigilancia porque hay “personas” cuyo único objetivo es descarriar el
rebaño. Sepamos analizar siempre “sus Frutos”.
Debemos afianzar nuestra seguridad del ser YA!
, suyos ahora. La severa prueba del discipulado es OBEDIENCIA, obediencia a
Dios y a Su Voluntad. Bendiciones.
Luis Brull
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