Santíssima Trinitat - 16 de juny de 2019
“Buenas noticias” para
los cristianos (Romanos 5:1/5)
Permitidme que escoja
estos textos que me parecen una gran afirmación para nuestra fe.
En el cap. 1:18 a 3:20
Pablo explica la necesidad de la Justificación y en el cap. 3:21 a 4:25 cómo
llegar hasta ella.
Ahora describe los frutos
o las “felices consecuencias”. Desea ampliar lo que ha llamado “la dicha” de
aquellos a quienes Dios justifica (4:6).
Toda la sección (v. 1–11)
está relacionada con los primeros capítulos: En consecuencia, ya que hemos sido
justificados mediante la fe…
Pablo explica cuatro
consecuencias maravillosas en quienes hemos sido justificados en Cristo.
1. Tenemos Paz con Dios.
v. 1
Esta Paz es fundamental y
está por encima de todas las paces de este mundo, porque ésta paz nos
reconcilia con Dios.
Es nuestra por medio de
los méritos de nuestro Señor Jesucristo (v. 1), quien fue entregado a la muerte
y resucitado (4:25), con el fin de hacerla posible. Esta paz es la que facilita
las otras paces que necesitamos en este mundo.
2. Tenemos acceso a esta
gracia v. 2a
La “gracia” es el favor
de Dios gratuito e inmerecido: incondicional y no solicitado, fruto de su amor.
Concede el privilegio de ser aceptados por Dios y establecer una relación
eterna con Él, por eso dice el texto, que estamos firmes en esa gracia.
3. Nos regocijamos en
[nuestra] esperanza de alcanzar la gloria de Dios v. 2b
La esperanza cristiana es
una expectativa gozosa y confiada que se apoya en las promesas de Dios. El
objeto de nuestra esperanza es la gloria de Dios.
4. También [nos
regocijamos] en nuestros sufrimientos v. 3/5
Referidos en concreto a
la oposición y la persecución de un mundo hostil (literalmente, “presiones”).
No se trata de
aguantarlas con estoica fortaleza, sino de regocijarnos ante ellas. Esto no es
masoquismo.
Sabemos por la
experiencia del pueblo de Dios en todas las generaciones, que el sufrimiento
produce perseverancia (resistencia) y la perseverancia produce entereza de
carácter.
Añade
que la esperanza no nos defrauda (5a), La razón por la que nuestra esperanza
jamás nos fallará es que Dios jamás falla, porque su amor jamás nos abandonará.
Pastor Emèrit Miquel
García
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