Diumenge 12 durant l'any- 21 de juny de 2020

EL CAMBIO DE JEREMÍAS
(Jeremías 20:9a 13)


Jeremías, conocido también por el profeta llorón por sus continuas quejas y desgracias, trató una vez mas de no ser el Vocero de Dios. Pero...una vez mas, no pudo retraerse a lo que Él le mandaba; “ traté de resistir el fuego ardiente que había en mis huesos, pero no pude” (20:9).
Las “cosas” estaban...los que habían sido sus amigos lo habían abandonado con un profundo aborrecimiento, y estaban ahora vigilando su menor desliz en sus palabras y acciones. “Quizá se engañará (se equivoca,será seducido)...y tomaremos de él nuestra venganza “(20:10).
Mas justamente en el momento en que el profeta está a punto de rendirse, todo cambia en un estallido de alabanza. Los pensamientos de Jeremías se desplazan hacia la Grandeza de Dios. Inmediatamente se produce una diferencia. Mientras el profeta pondera el carácter de Dios, su espíritu comienza a elevarse y dice, para sus adentros: “El Señor está conmigo como un guerrero formidable; por tanto los que me persiguen tropezarán”(20:11). Así su fe se aferra firmemente en Dios. “No prevalecerán; serán avergonzados en gran manera”. Y nos recuerda que es Dios quien ve los pensamientos y el corazón, lanzando una vindicación por Su Causa (20:12). El recuerdo de estas cosas hace que su Fe comience a elevarse y prorrumpe entonces en un canto de confianza. En característico estilo hebreo grita que lo que espera de Dios, ya está hecho:
¡Cantad al Señor! (20:13).
Muy a semejanza del profeta, el salmista Asaf dijo algo muy parecido en su salmo (el 73). él estaba viendo lo bien que viven los incrédulos y los arrogantes (hoy, viven igual). Así se fijaba en que...no pasan trabajos, no les persiguen, saltan de gordura, hablan con altanería, insultan al cielo,...
Pensar en ésto...¡era muy duro para él!, decía (y hoy ¡no?).
Finalmente, reconsidera, y acaba su canto :
“Hasta que entrando en el santuario de Dios comprendí el Fin de ellos... porque los que se alejan de Tí, pereceran eternamente. Tú destruirás a todo aquel que de Tí se aparta. El acercarme a Dios ¡Es el Bien!. Mi esperanza está en ÉL. Contaré todas sus obras”.
Que lo tengamos claro. Un abrazo...


Luis Brull

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